- Área: 230 m²
- Año: 2018
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Fotografías:Daniela Mac Adden
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Proveedores: Barugel azulay, Blainstein, FV, Fábrica de Luz, Nivel, Sanitarios Ferrum
Cariló es una localidad argentina del partido de Pinamar de la provincia de Buenos Aires. Constituye una reserva natural de bosque, dunas y playa con una extensión de 3 km de frente marítimo y 2,5 km -en promedio- desde el mar Argentino a la Ruta 11 que la separa del partido de General Madariaga. A 360 km de la ciudad de Buenos Aires, es uno de los puntos de atracción turística más importantes del país y un lugar privilegiado donde vivir.
Esta casa lleva el nombre de su localidad. Se dispone en un lote en esquina sobre la primera calle paralela al mar. En relación a otros lotes, su cercanía a la playa redunda en un paisaje menos boscoso y más árido, lo cual nos promovió a intervenirlo paisajísticamente. El terreno presenta una pendiente pronunciada que, tal como lo hace la duna al acercarse al mar, va descendiendo a medida que se acerca a su línea de frente.
Los clientes encargaron al estudio una casa de descanso que estuviese conformada por un dormitorio principal en suite conectado con un área social para estar y comer y que funcionara independientemente de un sector para alojar huéspedes; un lugar de estar exterior, parrilla, piscina y solárium; y pusieron énfasis en las vistas y en la protección frente a los vientos fríos del sudeste provenientes del mar.
En respuesta a estos requerimientos la casa fue proyectada para implantarse en la cota más alta del terreno, a aproximadamente tres metros de altura sobre el nivel de la calle. Se organizó elevando los usos principales sobre una plataforma que apoyaría sobre los dormitorios de huéspedes y los locales de servicio, volando por encima de un espacio de estacionamiento para coches. De esta forma, el programa quedó resuelto en dos volúmenes que se articularon mediante la circulación vertical.
Esta plataforma principal -de doble orientación y acristalada de piso a techo- mira en un sentido hacia el mar y en el otro hacia su espacio verde privado –ajardinado por la propia clienta paisajista-. Si bien la planta baja también disfruta del jardín, su aventanamiento fue moderado en función del control térmico y de su privacidad.
El área común expande hacia un deck de madera. En su espacio semicubierto se arma, junto a la parrilla, un lugar de estar y comer, mientras que en su espacio descubierto se ubicó el solárium equipado en su remate con una piscina. Desde el deck, orientado al jardín y al reparo de los vientos, puede contemplarse el atardecer, enmarcado por los árboles del entorno boscoso.
Sobre el volumen principal se diseñó una terraza descubierta desde donde puede contemplarse el paisaje contiguo por encima de los techos de las casas vecinas. Subiendo por una escalera descubierta contenida por muros de hormigón se halla un pequeño espacio ocupado por solo un simple banco de hormigón: un pequeño mirador elevado con amplias vistas al mar.
El paramento vertical que arma el sector de parrilla cumple a su vez la función de proteger a la expansión semicubierta y al sector de estar del sol horizontal del oeste. Tabiques verticales penden de la losa sobre primer piso para, igualmente, lograr proteger del sol al dormitorio principal, así como de las vistas cruzadas desde el deck.
En síntesis, la composición de la casa quedó establecida por la articulación de dos volúmenes. El de servicio pisa el terreno en toda su extensión; la barra superior –de doble apoyo- reposa, en uno de sus extremos, sobre este primero. Resultó desafiante resolver la manera en la que apoyar el extremo opuesto. Se buscó concentrar todo el peso del volumen en voladizo en un apoyo puntual. Esta función fue conferida a una columna de forma “triangular” que transmitió estas cargas al terreno concentrándolas en un solo punto. Al ir reduciendo su sección cónica a medida que se acerca al terreno se logró que esta planta resultara más abierta que si se hubiese recurrido a un apoyo tradicional. La losa soportada esconde una viga que centralmente la recorre en toda su longitud.
El funcionamiento de esta estructura se asemeja a la de un perfil doble T en el que los extremos de sus alas inferiores se elevan hasta alcanzar los bordes de la losa. Esta configuración redunda en una losa sin vigas frontales la vista.
El baño de la suite -el único espacio cerrado que apoya sobre la plataforma principal- articula el espacio de dormir con el de estar. Asimismo forma parte del sistema estructural, transmitiendo sus cargas a la pata triangular. Por estar alejado de los paramentos de vidrio es iluminado mediante un lucernario cenital que en la terraza hace las veces de banco mirador.
Las carpinterías se materializaron en aluminio anodizado color bronce oscuro con la intención de invisibilizarlas visualmente y de enfatizar el contraste de los vanos con la envolvente de hormigón.
Sobre ambos bordes longitudinales, sin vigas inferiores visibles sumadas al recurso de retranqueo de vigas superiores invertidas, las carpinterías corren apaisadas de punta a punta. Un riel de artefactos de iluminación recorre linealmente ambas fachadas, reforzando así su proporción horizontal.
Era un imperativo que quienes habitasen Casa Cariló pudieran gozar con todos sus sentidos de ese balsámico lugar. Es prácticamente imposible escindir drásticamente la voluntad de dominio del objeto construído de la sensibilidad del paisaje. El término landscape remite a las actividades proyectuales sobre el territorio: land = territorio, scape = forma material para adecuar un objeto a su uso. Este concepto encierra en su significado uno de los desafíos que tomamos al momento de encarar este y cada uno de nuestros proyectos: la convivencia dialogal de la casa con el territorio.